Las actividades productivas y los ecosistemas naturales mantienen una estrecha relación de impacto mutuo. Las actividades ganaderas, por ejemplo, dependen de la existencia de ecosistemas saludables en los cuales las poblaciones de carnívoros tienen un tamaño tal que pueden regular la abundancia de especies que pueden impactar negativamente tanto en la producción ganadera (ej.: herbívoros y otros carnívoros) como en la salud humana (ejemplo: roedores con enfermedades zoonóticas).


En la provincia de Neuquén hay pequeños productores que saben coexistir con los carnívoros nativos controlando la depredación sobre el ganado con métodos que permiten que éstos puedan mantener su rol ecológico. Durante décadas han usado perros protectores de ganado a partir de perros mestizos adiestrados por ellos mismos.

El Centro de Ecología Aplicada del Neuquén ha comprobado que los perros mestizos son tan efectivos en reducir la depredación como los perros de raza, y que la técnica de adiestramiento es transmitida fácilmente entre los productores. Esto es algo muy valioso pues es un método compatible con la presencia de poblaciones funcionales de carnívoros nativos, es muy barato (no es estrictamente necesario adquirir un perro de raza) y no requiere de grandes conocimientos técnicos. Así, cualquier productor puede implementar el uso de perros protectores de ganado adiestrando perros de su puesto a partir del asesoramiento de otro productor.